No pienso escribirle al amor. Hoy no. Estoy asqueada en lo
que se ha convertido esa figura; fantasma de los grandes ideales subjetivos. En
su lugar hablare del asco, de la nausea y la ansiedad, sensaciones que recorren
la piel como un pesado sudor frío. Emociones que desaceleran la presión
sanguínea. Hablare del insomnio, bestia entre bestias. Demonio cotidiano que
espera debajo de la almohada. Hablare de esto, que casi no siempre se habla.
Preferimos omitirlos bajo la sombra de lo idílico e inalcanzable. No hablare
del dolor, hablare de la letal atracción que sentimos hacia este…
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